Armando Ortiz / Eso de la inhabilitación de Américo Zúñiga fue un mito que lanzó el exalcalde Hipólito Rodríguez, quien de manera irresponsable dictó a su contralor, Eduardo Valente Gómez, que se inhabilitaba a 3 funcionarios de la administración anterior, entre ellos Américo Zúñiga. Lo que no especificó el torpe contralor es que sólo se trataba de una denuncia que ellos hacían y que no prosperó. El periódico La Jornada Veracruz, sin verificar dicha información, publicó de manera sensacionalista la nota antigua. Ya sabe usted, La Jornada se convirtió en el Sol de México de la 4T; un soldado de Morena. Sin embargo, Américo Zúñiga les tapó la boca todos, incluida La Jornada. Mediante una solicitud a la Secretaría de la Función Pública, se pidió verificaran si el candidato de “Fuerza y Corazón por Veracruz” a la diputación federal de Xalapa estaba inhabilitado. La respuesta de la SFP fue que no, que en su registro electrónico de servidores públicos sancionados por la SFP no están ningún Américo Zúñiga. Pobres morenistas, pobre de La Jornada, como se ve que el candidato Zúñiga ya les viene grande. La candidata Ana Miriam Ferráez, candidata “asquito”, ya no se puede subir en los lomos de AMLO ni en los de Ahued. Ella solita sólo puede beber del repudio de la ciudadanía.
Desesperado ante la inminente derrota de su partido, Cuitláhuac García viola la veda electoral y mete hasta los codos en la elección a gobernador
La mañana de este jueves 25 de abril, una vez que se enterara que el periódico Reforma publicó en primera plana y a ocho columnas, las diferentes denuncias que el empresario Castagné ha hecho en contra de Rocío Nahle, el gobernador Cuitláhuac García, sin medir las consecuencias, metió no sólo las manos, sino hasta los codos en la elección a gobernador. En un mensaje en su cuenta de Facebook, el obtuso e impotente gobernador de Veracruz anotó: “¿Cuánto cuesta poner una mentira a ocho columnas en un periódico “nacional” conservador (chayotero) para intentar manchar la imagen de la persona que va a ser gobernadora? Respuesta: la misma medida de desesperación por la ventaja que te lleva en una competencia electoral. Sin embargo, esa estrategia ya es bien conocida por la gente; nos atacaron así durante muchos años, y en varias etapas de la lucha de nuestro movimiento, arreció. ¡Lo curioso es que los prianistas conservadores todavía se la creen! Siguen intentando repetir una mentira muchas veces sin percibir que desde hace mucho tiempo ya no tienen credibilidad. A ellos el pueblo ya no les cree”. ¿Y su credibilidad señor gobernador? Cuitláhuac García, encerrado en su propio mundo de imbecilidades, piensa que el partido Morena de 2016 y 2018 es el mismo de 2024. No se ha dado cuenta que tanto López Obrador, como él, han minado drásticamente su credibilidad ante el pueblo.
AMLO, que cada mañanera lleva a cabo una campaña difamatoria contra medios, acusa de campaña difamatoria a Ricardo Salinas Pliego
Salinas Pliego, de ser el empresario favorito de la 4T, se ha convertido en el empresario más mencionado por el presidente de la 4T. No hay semana que López Obrador, desde la mañanera, no mencione al dueño de TV Azteca, acusándolo de llevar a cabo una campaña difamatoria en contra de su gobierno. Por supuesto, el presidente sólo dice campaña, pero no desmiente ninguno de los aciertos de Salinas Pliego. Ahora, para marcar diferencias entre él, un tótem de la austeridad, acusa que a Salinas Pliego le gustan los yates, a él no: “No creo que a Ricardo Salinas no le importe que yo cambie de modo de pensar, yo siento lo mismo, es recíproco, que él no va a cambiar su manera de pensar. Que es lo que queda, respeto, yo soy muy feliz como soy: a él le gustan los yates, a mí me daría pena y me daría vergüenza subirme a un yate de esos en un país con tanta pobreza, pero cada quien es libre”. Y como si fuera un amago velado, el presidente dijo que él no le iba a quitar la concesión de televisión al empresario Salinas Pliego: “No (retirar la concesión), nada, somos libres y él puede seguir ejerciendo a plenitud su libertad. Nosotros no somos autoritarios, también en eso somos distintos a los conservadores. El conservador, por lo general, es muy autoritario, es facho, quieren resolverlo todo por la fuerza y albergan muchos rencores y odios”. Ya se va, lo bueno es que este presidente ya se va.