«Yo no me meto en cuestiones electorales y además yo creo que todos, todos, todos, tenemos derecho a votar y ser votados, todos los ciudadanos», dijo el ejecutivo federal. Desde luego, que eso en política es un guiño de aprobación. Atrás quedaron las muestras de lealtad hacia un proyecto contrario a la Cuarta Transformación. Hoy, Alfonso Cepeda Salas, en un viejo felino desdentado y sin garras.
Por esa candidatura al senado no moverá un dedo en contra del leonino proyecto presidencial de quedarse con la AFORES de los jubilados, que por dejadez o ignorancia no han reclamado su devolución. Lo preocupante de todo esto, es que muchos maestros se encuentran desojando la margarita, otros se encuentran muy cómodos en su zona de confort, creen, ya sea por indiferencia o ignorancia, que este problema no les afecta. ¡Vaya ingenuidad!