Lo dijimos desde un principio, quien acusa al ministro Arturo Zaldívar de actos de corrupción es el presidente de México, quien dijo abiertamente a todos los mexicanos: «Todavía cuando Arturo Zaldívar era presidente de la Corte, había más recato. Todavía, cuando había un asunto así de ese tipo de este tipo nosotros respetuosamente interveníamos». ¿Qué más pruebas necesitan? Arturo Zaldívar se siente una víctima, un hombre probo que no ha cometido corrupción en su vida, a pesar de que las evidencias digan otra cosa. Sabe que la investigación contra él va en serio y por ello, en lugar de hacerse la víctima, le han recomendado que se ponga a la defensa.
Dice Arturo Zaldívar: «Todo este cúmulo de irregulares, la intervención de Norma Piña en el proceso electoral, el uso faccioso de la Corte y del Poder Judicial de la Federación nos obliga a presentar una felicidad de inicio de juicio político en contra de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación».
En ese juicio político lo acompaña Morena, el partido del que se ha hecho militante. Por supuesto, el juicio político requiere de dos terceras partes de los votos en la Cámara de Diputados, por lo que es seguro que no pasará. De ahí que entendamos que lo que Zaldívar quiere es distraer la atención. Sabe que hay mucho que tiene que explicar. Por ejemplo, esa cuenta en Banorte a su nombre donde le depositaban sobornos de 300 y hasta 600 mil pesos.
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