Pero antes de partir hacia el cementerio, uno de los tíos de la bebé notó que la pequeña movía la cabeza y respiraba. Este descubrimiento milagroso llevó a la familia a llevar de inmediato a la bebé de vuelta al hospital. Allí los médicos lograron estabilizarla y colocarla en una incubadora, donde finalmente la pequeña Milagros de Jesús comenzó a llorar al ser tocada por una doctora.
Este asombroso giro de los acontecimientos ha dejado perplejos a los familiares y ha generado un debate sobre la posibilidad de que la bebé haya experimentado catalepsia debido a su prematuridad.