Resulta que el sicario que ideó quemar vivo a uno de sus contras fue Alfonso Martínez Escobedo, alias “La ardilla”. Esta persona colaboró como líder del cártel de droga de los Zetas en el 2010, él comandaba la región de Tamaulipas y se le acusó de matar a 72 migrantes, así como de ser partícipe en la fuga de 151 reos en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
El día que la policía lo capturó, sonrió a las cámaras y no mostró resentimiento por sus acciones. En su rostro sólo se notaba crueldad. De modo que, sí pudo quemar a alguien vivo, ¿qué otras atrocidades habrá cometido? Tal vez algunas impensables.