Según sus declaraciones, los videos en los que aparece comiendo y eructando han sido una fuente de ingresos extraordinaria, atrayendo a un grupo selecto de seguidores dispuestos a pagar generosamente por este tipo de contenido. Esta revelación ha arrojado luz sobre las diversas demandas y gustos de una audiencia que busca experiencias únicas y personalizadas.
La joven, que prefiere mantenerse en el anonimato, ha compartido además que otra de las solicitudes peculiares que recibe implica interpretar el papel de una mujer gigante, pisando muñecos con sus pies. Esta práctica, aunque podría parecer extraña para algunos, no es inusual en la industria, donde los fetiches son una parte común del panorama.