Sergio González Levet / En el momento en que escribo estas líneas acaba de concluir el primer debate de las dos candidatas y el candidato a la Presidencia de la República. En las redes sociales el tema vuela hacia allá y hacia acá. Los bots presidenciales empiezan a hacer su trabajo automático que pretende hacer creer a los ciudadanos que la corcholata fue la ganadora del debate. Los ciudadanos enojados, lastimados, violentados ya hacen presencia en las redes y le dan una ventaja notoria a Xóchitl en los comentarios positivos. Los escasos seguidores de Movimiento Ciudadano, de Dante Delgado, de los dos gobernadores naranjas y del candidato -en ese orden- dejan por sentado que Máynez no tiene ninguna participación notable, que no sea la de ser esquirol del partido oficial en la busca de restarle votos a la candidata opositora.
¿Cómo fue el debate? Claudia Sheinbaum terminó como empezó, con esa misma actitud de soberbia que tantas simpatías le resta en cualquier lugar en el que se aparece personalmente. Xóchitl Gálvez inició nerviosa, pero se fue asentando a lo largo de los bloques y terminó con gran suficiencia y echada para adelante. Álvarez Máynez hizo su mejor esfuerzo para salir un poco de su lugar ínfimo en esta contienda, pero prácticamente no consiguió nada, siguió igual en esta pugna de dos mujeres.
Lo relevante fue que Xóchitl enderezó acusaciones muy serias en contra de Claudia y ella no contestó a ninguna de ellas. A cada señalamiento, la exjefa de Gobierno de la CdMx respondía con acusaciones en contra de su acusadora y con una larga lista de supuestos éxitos en su administración al frente de la capital del país.
Fue notorio que la Sheinbaum no se dignó a voltear a ver a su contrincante ni una sola vez durante todo el programa -lo que Xóchitl le reprochó cumplidamente-, y también que se quiso poner a dar órdenes cuando a la producción le fallaron los relojes digitales. Con su lenguaje corporal y con sus ordenamientos daba la impresión de que ella se considera ya la Presidenta de México, y siente que todos le deben rendir pleitesía.
Mientras sigo escribiendo, en las redes sociales los números crecen a favor de Xóchitl Gálvez y hay muchos lugares en los que los usuarios le dan enormes ventajas frente a Claudia, cuyo mote de La dama de Hielo -que le endilgó sabrosamente la opositora- se volvió tendencia negativa para ella en Facebook y en X antes Twitter.
Ya el Presidente debe estar rugiendo en su mañanera contra los conservadores, y los debe estar acusando de que compraron cientos de miles de millones de bots en contra de su favorita y de la Cuarta Transformación.
Pero lo cierto es que Xóchitl Gálvez tiene el amor del pueblo, y ése no se compra.
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