La Biblia en su libro de Santiago señala con mucha precisión que se debe de tener mucho cuidado al hablar, literalmente dice: «La lengua es un miembro muy pequeño del cuerpo, pero hace alarde de grandes cosas. ¡Piensen que con una pequeña chispa se puede incendiar un gran bosque!» Resulta que el presidente López Obrador encaja muy bien con esta sentencia, ya que durante la mañanera del jueves 3 de abril, mencionó que el magnicidio de Villavicencio perjudicó a Luisa González, candidata presidencial del movimiento Revolución Ciudadana, la hija del también periodista reaccionó severamente. Estas palabras desataron la furia del gobierno ecuatoriano y en los familiares del finado, quienes postearon en su cuenta de X un fuerte reclamo al presidente mexicano.
La hija de Villavicencio aseguró que su padre fue asesinado por los mafiosos que él siempre investigó; algunos de los que, señaló, se encuentran asilados en la Embajada de México en Ecuador y en la propia República Mexicana. «Lávate la boca López Obrador antes de hablar de mi padre (…). Qué poca madre tienes para dar estas declaraciones tan mediocres e inhumanas», agregó. Pero eso no fue todo, también la viuda de Villavicencio, Verónica Saráuz exigió respeto a la memoria de su esposo.
«Lamentable la declaración del presidente de México sobre el magnicidio de mi esposo Fernando Villavicencio, las fuerzas progresistas que tanto defiende están vinculadas al crimen organizado y narcotráfico, son sospechosos oficialmente de participar como autores intelectuales del horrendo crimen, causado un profundo impacto en la democracia del país. En nombre de mi familia exijo respeto por la memoria de Fernando y al presidente López Obrador, ¡silencio! No tiene calidad moral de hablar de democracias cuando en su país mantiene vínculos con grupos que responden a estos mismos grupos que operan en nuestro país», expresó a través de redes sociales. Y todo, comenzó por no poder cerrar su bocota tabasqueña.
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