Recién empiezan las campañas para la gubernatura de Veracruz, pero en la práctica la contienda para Pepe Yunes empezó desde hace meses. Primero como aspirante a ser el candidato de una coalición que no se acababa de conformar. Hasta hace 6 meses las divisiones del PAN no auguraban una posible alianza, pues cada grupo, los del Estero, los Chapitos y las ambiciones de Julen Rementería, hombre cercano a Xóchitl Gálvez, no permitían creer que hubiera unidad dentro de ese partido. En el PRI no había tantas divisiones, porque de alguna manera los líderes de ese partido se habían quedado sin la compañía de los militantes. Unos cuantos por ahí se disputaban la dirigencia, pero desde el centro del país se tomó la decisión, dejando fuera a los indeseables que ahora se toman selfies con Claudia Sheinbaum, como si eso les garantizara una curul.
El PRD había perdido la militancia que alguna vez tuvo, tan no tenía cuadros el PRD que tuvieron que postular para el cargo de senadora a Sara Ladrón de Guevara que hasta el momento es peso muerta en la campaña de Yunes Márquez. Sin embargo, alguien tejió fino en cada partido, alguien puso orden y la unidad, de manera tan inesperada se dio. ¿Cuál fue el factor principal de esa unidad? No nos cabe duda que el mal gobierno de Cuitláhuac García fue ese factor de unidad. Todos llegaron a la misma conclusión: “Hay que sacar a Morena del gobierno y ya después vemos”.
Esa unidad en contra del gobierno de Morena se convirtió en unidad a favor de Pepe Yunes, candidato de “Fuerza y Corazón por Veracruz”. Conforme los panistas se dieron cuenta de la calidad moral de Pepe Yunes lo acogieron como su candidato, lo mismo los del PRD. De repente, cuando hace 6 meses todos juraban que nada le quietaría la gubernatura a Morena, un clamor, que inició como rumor, ha ido cobrando fuerza: “Veracruz para los veracruzanos, Pepe Yunes va a ganar”.
Ante ese clamor, que va de acuerdo con las últimas encuestas, algunas que ponen arriba al de Perote, otras que lo ponen en segundo lugar, muy cerca de Rocío Nahle, ha iniciado una guerra sucia que habrá de intensificarse conforme las posibilidades de Pepe Yunes aumenten. Ante la dificultad de encontrarle cola para pisarle, algunos testaferros, muchos de ellos que se decían sus amigos, han lanzado infamias en contra del nativo de Perote. Pero Pepe Yunes aguanta esa guerra sucia y más. Frente a una posible victoria el 2 de junio, Pepe Yunes cobra bríos, aumenta su actividad y muestra su gran calidad humana, esa que le está haciendo ganar adeptos.
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