¡Qué ilusos! Llegado el día del juego pasó lo mismo de siempre. Nos humillaron y más que un partido profesional, parecía que los americanos estaban en una práctica. El tricolor no jugó a nada, los “buenos” futbolistas que tenemos tuvieron pecho frío y no concluyeron ni una jugada. Guillermo Ochoa, a pesar de ser el mayor cáncer dentro del vestidor tricolor, nos salvó de ser la burla internacional gracias a sus atajadas.
El Jimmy desde un inicio planteó mal el juego y como consecuencia tendrá que ver cómo el país vecino levanta la copa de la Nations League. ¿Qué debe hacer México para ser mejor? Muy fácil, la respuesta es dejar de verlos por la televisión, que ya no se compre su mercancía y que la liga loca deje de ser consumida. Sólo así avanzaremos, si se le pega a la cartera a los dueños del balón, ellos van a reaccionar como los muertos de dinero que son. ¡Qué bueno que perdieron!