El domingo 24 de marzo se abrió el puente y los automovilistas se pudieron dar cuenta de dos cosas. Una, que la obra fue hecha con las patas, como dicen las abuelas. Hasta parece que en obra fuera trazada por el ingeniero Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz; así de chueco quedó el puente, en sus curvas y en sus cumbres. Por lo mismo se recomienda transitarlo con precaución. Dos, el puente sí desahoga el tráfico que se genera en la zona.
Y no sólo por el puente, sino porque se cerró el cruce de la calle Gildardo Avilés. Al anularse ese cruce la vialidad es libre hasta el semáforo del puente Macuiltépec en Finanzas; y los que transitan hacia Plaza Américas no tendrán obstáculo alguno. Esperemos que el cierre del cruce de Gildardo Avilés no sea sólo temporal y que la incorporación de los automóviles a Lázaro Cárdenas por la zona de la Corona sea fluido.