Usted ha de creer que el pleito de Salinas Pliego con Andrés Manuel López Obrador tiene que ver con los impuestos que el empresario debe al Sistema de Administración Tributaria. Si ese es el caso, ¿por qué Salinas Pliego rechazó el descuento de la deuda con el SAT que el mismo presidente de México le ofreció? Está claro que el pleito entre estos dos personajes va más allá de dinero. Al parecer, Salinas Pliego, quien empezó el sexenio como el empresario favorito de la Cuarta Transformación, se dio cuenta de la clase de ratas que acompañan a López Obrador en su gobierno. Una clase que él llama “gobiernícolas”.
Los aludidos, Fernández Noroña, Citlalli Hernández, Mario Delgado, Epigmenio Ibarra, Jenaro Villamil, entre otros, le respondieron a Salinas Pliego, lo que desató una guerra donde el ganador fue el empresario, que siempre los ha puesto como “lazo de cochino”. Las críticas de Salinas Pliego arreciaron, sobre todo en el tema de los libros de texto manipulados, por el uso de las pensiones a adultos mayores y la extorsión que viven muchos empresarios por el SAT.
Sobre estos dos últimos temas el presidente de México retó al empresario: «No es nada, nada personal, que se entienda. Con todo respeto, Ricardo Salinas Pliego tiene pruebas o piensa que nosotros queremos extorsionarlo porque el gobierno es corrupto, lo único que le pediría es que presentara las pruebas y si presenta las pruebas, actuamos». Conociendo a Salinas Pliego, es seguro que le presente pruebas sobre lo que asevera; pero conociendo también a López Obrador, es seguro que no haga nada o que le eche la culpa a los gobernantes del pasado.
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