Apenas la tarde del lunes 27 de febrero reportamos el asesinato del doctor Miguel Ángel Zavala Reyes, precandidato de Morena al municipio de Maravatío, Michoacán. Un comando armado lo interceptó y disparó contra su vehículo, resultando él con varios impactos de bala que le quitaron la vida. Pues horas más tarde, también en Maravatío, Michoacán, fue asesinado Armando Pérez Luna, también precandidato del PAN a la alcaldía de Maravatío, Michoacán. Un sujeto en una motocicleta, cerca de la medianoche del lunes 25 de febrero, disparó a mansalva contra el vehículo de Pérez Luna, quien iba a recoger a su esposa para después dirigirse a un negocio de comida que administran.
Dos crímenes en un mismo día, los dos a precandidatos a la alcaldía de Maravatío. Por supuesto, hay una advertencia implícita para todos aquellos que aspiren a gobernar este municipio michoacano. Tal parecer que en Michoacán la elección ya comenzó, y no son los ciudadanos los que eligen libremente a sus gobernantes.
En Michoacán como en Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas, Sinaloa, San Luis Potosí y otros estados gobernados por Morena, el crimen organizado es el gran elector. Por ejemplo, en Maravatío va a ganar la alcaldía el candidato que los narcos dejen vivo. Porque, ¿en estas condiciones quién se atrevería a ser candidato a la alcaldía de Maravatío? Sólo alguien que ya haya pactado con los criminales.
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