AMLO, gigante como candidato y miserablemente pequeño como gobernante

Es un hecho, que la frase, “por encima de la ley está mi autoridad moral”, acuñada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quedará enmarcada en los anales de la historia del país, como una muestra del palpable autoritarismo que lo ha caracterizado, durante toda su administración. Ya antes, el tabasqueño había dado prueba de su talante soberbio y autoritario.

Cuando andaba de candidato, era frecuente escucharle decir; “si una ley es injusta, hay que desobedecerla”, luego en el 2021, dijo; “por encima de la ley está la justicia”, un año después diría; “por encima de la ley están el pueblo y la democracia”, todavía, cuando iniciaba su gobierno decía que “al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie“.

De modo que, todas las frases dichas por el presidente chocan entre sí, y dejan ver a un gobernante berrinchudo y terco, que no quiere reconocer que se equivocó, al mostrar un teléfono privado de una periodista, en un país donde los comunicadores arriesgan su vida por informar.