Todavía, de manera burlesca el presidente López Obrador insinuó que no le quedaba claro si el número de teléfono era una línea personal perteneciente a Kitroeff o el número general de la oficina del New York Times. En un mensaje vía “X”, antes Twitter, el periódico estadounidense anotó: «Esta es una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas contra periodistas van en aumento».
Los editores del New York Times saben que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Claro, en México estamos acostumbrados a que el presidente, en pleno abuso de poder, ha dirigido a las instituciones del estado en contra de los periodistas que lo incomodan.