La definición del amor de Francisco de Quevedo. Esa contradicción eterna: «Es herida que duele y no se siente (…) un cobarde con nombre de valiente»

La definición del amor de Francisco de Quevedo. Esa contradicción eterna: «Es herida que duele y no se siente (…) un cobarde con nombre de valiente» FOTO: WEB
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El oxímoron es una figura retórica muy usada en la literatura. Es una figura lógica que consiste en usar dos conceptos que se contradicen en una sola expresión y que generan un tercer concepto. Desde hace siglos, los poetas, para entender el amor han usado esta figura retórica, porque el amor es una contradicción.

No fue Francisco de Quevedo el primer poeta que se dio cuenta de esa condición del amor. Antes don Juan de la cueva entendía que amor «es un contrario que nos señorea, una ley de tirano que nos liga, un deseo que tanto nos obliga, que contra nuestro propio bien guerrea». En otro momento expresa sobre el amor: «Que huyo del placer y el pesar quiero, que aborrezco la paz y amo la guerra».

Pero es Francisco de Quevedo, poeta español nacido en 1580 y fallecido en 1645, quien, abrevando de esos textos anteriores, logra la más precisa definición del amor. En este 14 de febrero, esos que todavía creen en el amor, sepan que el amor es el oxímoron perfecto:

«Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.
Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.
Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero paroxismo;
enfermedad que crece si es curada.
Éste es el niño Amor, éste es su abismo.
¿Mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!
»

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