Carlos Manuel Urzua Macías fue el primer secretario de Hacienda del presidente López Obrador. Sólo duró en el cargo un año y medio. En su carta de renuncia Carlos Urzua anotaba que en el gobierno de López Obrador se habían «tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento». Carlos Urzua añadía: «Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés».
Pues el mismo Carlos Urzua nos hizo notar una incongruencia que se ha venido dando en el gobierno de López Obrador. En un artículo publicado en Nexos, Urzua explicó que, según cifras de la Comisión Nacional de Población, en México hay 10.8 millones de adultos mayores.
No obstante, la Secretaría del Bienestar reporta que se otorgan 11.4 millones de pensiones a esos adultos mayores. Es decir, hay unos 600 mil pensionados fantasma. Estamos hablando de una fuga de 50 mil millones de pesos. ¿A quién entregan ese dinero? ¿Quién se queda con ese dinero? ¿A dónde va a parar ese dinero?
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