Al primero, un adolescente llamado Omar, le compró un auto Ford Fiesta del año, le construyó su casa y lo metió a trabajar a una dependencia de gobierno del estado. Al segundo se lo encontró en “Mileróticos”, una página de prostitución masculina y femenina. A ese lo sacó del negocio de la “carne” para hacerlo exclusivo y ponerlo como representante de Morena en el OPLE. Con este sujeto, llamado Fernando Vázquez, Esteban Ramírez Zepeta se queda de ver en el restaurante de La Estancia, que está escondido en las lomas de Banderilla, por el panteón.
Esa tarde que el periodista coincidió con ellos en el restaurante, de inmediato salieron unos personeros a decirle al Fernando Vázquez que mejor se retirara, no los fueran a ver juntitos. Al tercero, un tal Aldair Portugal, de acuerdo con lo reportado por la periodista Claudia Guerrero, se lo anduvo peleando Esteban Ramírez Zepeta con Juan Javier Gómez Cazarín. El segundo se lo ganó con más presentes.
Ante este panorama, resulta gracioso que el dirigente de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, diga que Morena no desvía dinero para precampañas. Declara el dirigente de la “cofradía gay de Morena”: “Nosotros no somos iguales; los ratones piensan que todos son de su posición. No somos iguales a ellos”. Tal vez para precampañas no, ¿pero que tal gastan dinero de las prerrogativas de su partido para mantener contentos a los “Princess”?
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