El gobernador sabe que sus alfiles y peones no han podido ganarse los efectos de la candidata morenista, sabe que Zenyazen Escobar llora su soledad, desojando la margarita en gayola. Está bien enterado que Gómez Cazarín ni se atreve a ir a los eventos de Nahle, para no pasar por la misma pena de Eleazar Guerrero.
Sabe que Claudia Tello, tenía ganada la plaza para el senado desde hace meses atrás. No por algo, Rocío Nahle ha dicho que cuenta con candidatos de lujo al Senado de la República. De modo que, el solitario del palacio de Enríquez, comienza a descubrir que el poder es efímero, y que, cuando se tiene, hay que saber gobernar y hacer amigos para el tiempo de soledad.