Según la leyenda, todo lo que el Rey Midas tocaba, inmediatamente se convertía en oro. En la cuarta transformación, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene un don muy parecido, no obstante, lo que el ejecutivo federal toca, en lugar de convertirse en el preciado metal dorado, se convierte algo inservible. Al menos, los mexicanos han visto como el primer mandatario ha gastado miles de millones en obras faraónicas, que sus resultados has sido cuestionables. Por ejemplo, el aeropuerto Felipe Ángeles no ha tenido suficientes pasajeros para llenar una agenda de vuelos que haga decir, que es un aeropuerto exitoso.
Más bien el aeropuerto luce completamente desolador. Y en ese mismo tenor anda la nueva línea de mexicana de aviación, que impulsó el presidente, esta ha hecho vuelos con solo un pasajero. Y qué decir del Tren Maya, a más de un mes después de que fue “inaugurado”, el Tren Maya sigue con retrasos por problemas de operación.
Pero la cosa no para ahí, la costosa refinería de Dos Bocas aún no ha podido refinar y producir, un solo litro de crudo. Sus fechas de producción han sido pospuestas por el propio ejecutivo federal. De manera que los mexicanos ya se han acostumbrado a las mentiras del presidente. Un rey midas que todo lo que toca, se convierte en calabaza.
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