En diciembre de 2020 el presidente López Obrador, buscando exponer al periódico Reforma en la mañanera, mostró la portada del medio donde se infirmaba sobre una masacre: «A ver pon la primera del Reforma, en una de esas la encontramos. Ahí está, mira. ¡Ahí están las masacres!, je, je, je. Son predecibles, muy obvios». López Obrador se ríe de las masacres que ocurren en México, sin embargo, cuando unos sicarios mueren, el presidente lo lamenta así: «En un operativo de la Fiscalía del Estado con los agentes y con el apoyo de las Fuerzas Armadas, se detuvo a un líder de una banda y buscaron rescatarlo. Hubo un enfrentamiento, lamentablemente perdieron la vida 12 personas en ese enfrentamiento, eso es lo que se conoce, no impidieron rescatar al líder de la banda».
Las personas que murieron, y el presidente lo sabía, fueron los sicarios que trataron de rescatar al jefe de la banda. Tal vez el presidente lamentó la muerte de los sicarios porque estos trataban de rescatar a un líder de “Los Chapitos”, con quienes ha tenido grata convivencia.
¿No se bajó a saludar en los caminos de Badiraguato a la abuelita de ellos? ¿No dejó escapar una vez a Ovidio Guzmán, uno de Los Chapitos? Por ello lamentó la muerte de los 12 sicarios, quienes no lograron liberar a uno de los líderes de sus cuates “Los Chapitos”.
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