La hedionda pestilencia que emana el tráfico de influencias de los hijos del presidente López Obrador sigue saliendo por la coladera de la 4T. Ahora el protagonista principal es Daniel Asaf, uno de los hombres más cercanos al presidente, es su operador, en otras palabras, su brazo derecho. El funcionario fue recomendado por los propios hijos del ejecutivo federal para asistirlo. La investigación llamada El Clan que ha presentado Latinus, arropada por audios y documentos, muestra como Amílcar Olán —amigo íntimo de los López Beltrán, tiene enjuagues y transas con Daniel Asaf, a quien apodan El Gallo.
En el audio se puede escuchar: «Vine a hablar con Daniel Asaf». «Voy a ver al Gallo». «Voy a una comida con El Gallo». «Ahorita le voy a mandar mensaje al Gallo». «Ni siquiera el Bobby (Gonzalo López Beltrán), es con El Gallo». Amílcar termina diciendo, «Es el que manda aquí».
Dese luego que esta información ha caído como dolor de muela para el ejecutivo federal, quien esta mañana amenaza con revelar información de las propiedades de Carlos Loret de Mola. Lo que el primer mandatario debería hacer, si de veras fuera justo y democrático, sería exigir abrir una investigación, sin embargo, como dicen los abuelos, «duele más el cuero que la camisa».
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