López Obrador, quien dejó que se perdieran miles de millones de pesos del aeropuerto de Texcoco, decidió continuar con la obra del tren interurbano. De hecho, el día de la inauguración de este tren dijo: “Una obra inconclusa significa dejar tirado dinero del presupuesto, que es dinero del pueblo, y no se puede actuar de manera irresponsable. Por eso se decidió darle continuidad. Nos faltan 38 kilómetros, está el compromiso de que terminamos en diciembre”.
Hoy ese tren se le derrumbó, a pesar de haber estado ya inaugurado; se derrumbó porque no está concluido, se derrumbó por las prisas, porque supuestamente todo el tren se iba a concluir en diciembre de 2023 y no se concluyó. ¿Ahora qué va a decir el presidente? Pues va a echarle la culpa a los gobiernos anteriores.