Rocío Nahle traiciona a los morenistas. Su equipo lleno de fidelistas y expriistas. Zenyazen, Eleazar y Cazarín ni de adorno

Rocío Nahle traiciona a los morenistas. Su equipo lleno de fidelistas y expriistas. Zenyazen, Eleazar y Cazarín ni de adorno FOTO: WEB

Algo habíamos escuchado sobre el caso. Rocío Nahle sabe que en Veracruz se ganó la elección a gobernador no porque los operadores de Cuitláhuac García hayan sido muy buenos, sino por el arrastre de López Obrador. En las elecciones intermedias tampoco ganaron las elecciones por los operadores, sino por la elección de estado, la elección de terror en la que se asesinó a candidatos, militantes y operadores de la oposición. Porque sabe eso, Rocío Nahle no escogió como su coordinador de campaña a Zenyazen Escobar, Eleazar Guerrero o a Juan Javier Gómez Cazarín. La Nahle escogió a un completo desconocido para los morenos.

Señala el periodista Arturo Reyes Isidoro en su Prosa Aprisa: «Pero igual me comentan que pasó con Eleazar Guerrero, de Unidos Todos, e incluso los que le operaban están desubicados porque ya no les piden que acarreen gente. Solo Zenyazen sigue acarreando maestros y trabajadores de la SEV a sus actos, pero Nahle sabe que son los mismos y que no van a aportar nuevos y más votos. Aparte, Rocío nombró como coordinador de su precampaña a una gente totalmente ajena a Cuitláhuac y su grupo, el alcalde con licencia de Martínez de la Torre, Rodrigo Calderón Salas, quien con mucho candor confesó que no conoce a todos los grupos de Morena ni ha recorrido el estado, con inexperiencia, pero quien se dice totalmente leal a la señora, lo que nos dice que prefiere a un bisoño en el que confía y no a presuntos expertos pero que solo saben hacer acarreos, en los que además desconfía. Viendo el rumbo que tomaron las cosas, cabe también el dicho de que nadie sabe para quién trabaja. Gente de Fidel llegó y los desplazó, pero no solo a ellos sino a los morenistas, a los que defienden su pureza y que se dicen fundadores, quienes quedan en condiciones de parias políticas».

Así las cosas con la zacatecana, que no sólo sigue añorando la tierra donde nació, sino que ahora muestra desprecio hasta por los morenistas de Veracruz.

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