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Coatzacoalcos, paraíso de la extorsión

Mussio Cárdenas Arellano / Coatzacoalcos es escenario de levantones, ejecuciones, cuerpos que aparecen desmembrados. Y es el paraíso de la extorsión.

Coatzacoalcos supera, triplica, la media nacional en extorsión. Y los extorsionadores son impunes.

Y el gobernador Cuitláhuac García, que en abril de 2023 ofreció una unidad policíaca anti extorsión sigue sin cumplir.

La media nacional –refiere el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos– registra 0.61 casos del total de los delitos que se cometen; en Coatzacoalcos el índice es de 2.33, tres veces más alto que en el resto del país.

Y eso que hay un subregistro. No todos los casos se denuncian. Muchas víctimas optan por callar, agobiadas por el miedo, por desconfiar de las fiscalías, por temer que tras la denuncia habrá filtración de datos y el extorsionador irá por ellos.

El sur de Veracruz, según dice el titular del Observatorio Ciudadano, Renato Riverol Rivera, enfrentó un escenario preocupante en 2023, creciendo la extorsión y el temor que conlleva.

La extorsión adquirió formas brutales, disparos en las fachadas de las casas, negocios quemados, visitas de sicarios. Y pasó de la llamada telefónica al amago directo, la presencia del extorsionador en casa o en el negocio comercial.

Nueve meses atrás, en abril de 2024, el gobernador Cuitláhuac García ofreció crear una unidad especializada en combate a la extorsión que se asentaría en Coatzacoalcos. Nueve meses después, la promesa sigue en el aire.

La extorsión va precedida de violencia brutal, quema de fachadas de negocios, disparos de arma de fuego contra las casas de comerciantes, empresarios, profesionistas. Y lo que antes fueron víctimas selectas, con alto poder económico, hoy son ciudadanos de clase media, alta y baja. Los extorsionadores van diversificando su clientela.

Al agente de viajes, cuyo caso difundió Azucena Uresti en Milenio Televisión, intentaron subirle la cuota quemándole las puertas del negocio. Ya pagaba su derecho de piso pero los maleantes querían más.

Al dueño de la negociación especializada en partes eléctricas para automóviles, le tirotearon su fachada en tres ocasiones.

Y cómo olvidar el levantón de la empresaria cuyo esposo se negó a pagar la cuota. Le cortaron su cabeza. Y luego un desgraciado en el Servicio Médico Forense difundió las fotografías del cuerpo, agraviando a la víctima, a sus hijos, a su familia entera.

Es la violencia nuestra de cada día, la cuota de miedo, la cuota de sangre, el ruido de las balas, el fuego y el olor a muerte. Es el Coatzacoalcos sumido en la inseguridad. Es el Coatzacoalcos agobiado por los abrazos a los criminales y los balazos al pueblo, el siniestro pacto de López Obrador con el crimen autorizado.

Y el gobernador en lo suyo, sin enfrentarlos.

Y Cuitláhuac García, indiferente.

Nada quiere hacer contra los que ven con agrado a Morena en el poder. O sea, los malosos.

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