Tan sólo en Xalapa, la fila abrazaba la cuadra de las calles Enríquez y Lucio. Las largas filas evidencian dos cosas, que los pensionados de Bienestar no confían en el banco de López Obrador como para dejar sus ahorros ahí, que el servicio del banco es ineficiente para atender a tanto pensionado, adultos mayores que hacen filas por horas ya sea en el sol o en el frío; algo que nos parece por demás indigno.
Pero este es el país que quiere López Obrador, un país de pensionados, votantes cautivos, agradecidos, leales, a los que les importa más recibir el dinero que el gobierno les manda, que pensar en el futuro de un país que se cae a pedazos.