Como si fuera una escena de la novela de Mario Puzo, sobre cómo se conduce la familia Corleone, así pareciera que se maneja la familia de la actual secretaria de gobernación. Después de que Sanjuana Martínez, la directora que enterró a la agencia Notimex, diera a conocer la manera en que se agencian recursos ilegales para la campaña de Claudia Sheinbaum, seguramente la mayoría de los mexicanos confirman lo que se venía sospechando desde que aparecieron los miles de promocionales a lo lo largo y ancho del país.
Con la revelación que hace una de las exfuncionarias consentidas de la 4T, la que queda muy mal parada, es Luisa María Alcalde, flamante y novel secretaria de la Segob, quien, al parecer, se ha visto rebasada por su propio progenitor, ya que por lo revelado por Sanjuana Martínez, es la mano que mece la cuna en la Secretaría del Trabajo, y como vemos, en algunas áreas de la Segob. Sin embargo, lo más grave, es la acusación de triangulación y financiamiento ilegal hacia la candidata morenista.
Como la denuncia de Sanjuana Martínez fue en La Jornada y no en el Reforma, el presidente ya no pudo culpar a los conservadores y enemigos políticos. Hoy lo que debe de interesar a los mexicanos, es que se aclare porque la titular de la Segob anda con su padre recaudando moches para favorecer a una candidata. Ni hablar, como dijera el muy recordado Pompin Iglesias, “Que bonita familia, que bonita familia”.
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