Sin experiencias en asuntos jurídicos, sin obra escrita sobre procesos legales y sin una carrera dentro de las leyes que la respalde, salvo el nombramiento directo del ejecutivo federal, la nueva ministra Lenia Batres entra a formar parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pero no crea que llega con un espíritu conciliador o con una actitud humilde de aprender de sus compañeros, nada de eso, la nueva ministra llega con un discurso rijoso, seguramente como muestra de agradecimiento a su mecenas político.
Poco después de que la presidenta Norma Piña, le diera las credenciales que la acredita como integrante de la SCJN, en su primer discurso dijo: «Tenemos una Constitución subordinada a la Suprema Corte. Al grado que se escucha a litigantes decir ¿y qué indica la Constitución al respeto? Lo que diga la Corte».
También criticó que los ministros integrantes de la SCJN no hayan querido bajarse el sueldo, como lo había sugerido el presidente. Lo cierto es que, con la llegada de Batres, el presidente tendrá orejas dentro de la SCJN.
Comentarios