En nada contribuyen las masacres de jóvenes en varios estados del país, la imagen de México en el mundo, es de un país violento, en el que los ciudadanos pueden ser asaltados y asesinados a cualquier hora del día. Por tal motivo, ahora que se ha confirmado el secuestro de 31 personas, al parecer migrantes, sustraídas de un autobús que cubría la ruta entre Monterrey y la frontera, nuestro país no puede quitarse esa mala fama que a pulso le han enjaretado el crimen organizado, en muchas ocasiones solapados por las mismas autoridades.
Se sabe que el secuestro ocurrió pasadas las 19.00 del sábado, 30 de diciembre, en el tramo de la carretera que comunica Reynosa y Matamoros. En un mensaje publicado este lunes en la noche, la vocería de Seguridad del Estado ha informado del rescate de cinco ciudadanos venezolanos en el mismo tramo carretero. No está claro si los cinco serían parte de los 31.
Uno de los conductores del autobús dijo que cinco camionetas con hombres armados interceptaron el autobús, de la empresa Grupo Senda, y obligaron a bajar a los migrantes. A ver si al rato, no sale el presidente, señalándolos como parte del crimen organizado. Con eso, de que es muy ligero de la lengua, todo se puede esperar.
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