En 2019 alcanzó los 5 millones de recetas no surtidas; en 2020 fueron 15.8 millones; en 2021, 22 millones y, en 2022, superó los 12 millones de recetas. Los propios médicos del sector salud han mencionado que la nueva megafarmacia es poco práctica, que los medicamentos deberían estar al alcance de los pacientes y no en una bodega, que, en caso de requerir algún medicamento, tardaría, mínimo, 24 horas en llegar.
¿Y si ese medicamento significara la diferencia entre vivir y morir un paciente? Para colmo el presidente asegura que con esta megafarmacia se cumple el sueño del acceso universal a la salud. ¡Vaya patraña! Es como querer eliminar el hambre en un país construyendo el granero más grande del mundo en medio del desierto.