Resulta que, ahora el gobernador de Nuevo León, se siente un hombre cambiado y que todo se lo debe su hija. Según el nuevo Samuel, ahora se duerme temprano, pero lo que resulta inverosímil, es que hasta madruga en pleno día de Navidad, para abrirlos regalos.
De verdad que, después de ver semejantes declaraciones, ya no sabemos si reír o llorar ante tanta pendejez. Aunque conociendo como se las gasta Samuel García, con eso de que le encanta compartir su vida en Instagram. Lo peor de todo, es que, al parecer, le echa más enjundia a las redes sociales, que a gobernar un estado que aun o se repone de su affaire presidencial.