Quien se iba a imaginar que a finales del gobierno del presidente López Obrador, los mexicanos se encontrarían indefensos ante la inmensa ola de violencia e inseguridad que prevalece a lo largo y ancho del país.
Es un hecho irrefutable que el gobernó de la 4T ha sido rebasado por los grupos criminales. Nadie duda ni por un instante que el gobierno del presidente López Obrador está entregando malas cuentas en materia de seguridad. Al menos la cifra de 65 muertes en el día de navidad, es para quedarse helados.
Sin embargo, si usted es de los que cree que el próximo año las cosas van a mejorar en materia de seguridad, se equivoca, ya que con la efervescencia política que provoca la propia competencia, los asesinatos de candidatos estarán a la orden del día.
A esta atmosfera de violencia e inseguridad, aunque el gobierno federal no quiera reconocer, mucho tiene que ver el ambiente de polarización que propaga el propio presidente desde sus conferencias mañaneras. Eso sin contar con si ineficaz estrategia de abrazar a los malandros, en lugar de meterlos a la cárcel. Sin embargo, el primer mandatario sigue diciendo que la ola de violencia va a la baja. ¡Que cachetes del señor presidente!
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