Bernardo Gutiérrez Parra / Cuando a este 2023 le quedan unos días para expirar y todo mundo está atento a la llegada del 2024, una cosa está clara en Veracruz: que la contienda para suceder a Cuitláhuac García en la gubernatura la disputarán una dama y un caballero: Rocío Nahle y José Francisco Yunes. Y acaso se apunte un tercer aspirante por Movimiento Ciudadano que irá en calidad de palero de Morena.
En ese sentido el tema electoral ya está resuelto: habrá dos candidatos y un palero para el próximo año. El ganador será uno de los candidatos y el palero esperará a que Dante Delgado lo salpique con algo de lo que reciba de Palacio Nacional por ser un chico bien portado.
Un tema recurrente tiene que ver con el 2025, cuando Cuitláhuac García ya no sea gobernador y varios de sus achichincles caigan en desgracia, porque candidatos a Pacho Viejo abundan en este gobierno.
Versados en política a la veracruzana aseguran que durante su campaña Pepe Yunes no prometerá encarcelar a los morenos saqueadores. Será una campaña propositiva donde acaso mencione la necesidad de llamar a cuentas a quienes hayan metido las manos al cajón del erario. Pero lo hará sin aspavientos y sin hacer de este asunto el tema central de su campaña.
La campaña de Rocío Nahle será en otro tenor. Obligada por las circunstancias y para apaciguar la de reclamos que recibirá en sus giras, la zacatecana deberá prometer que enviará a la cárcel a los responsables de los males que sufre Veracruz del 2018 a la fecha, a excepción del gobernador Cuitláhuac García.
Si Pepe llega a la gubernatura dejará que la Fiscalía estatal persiga y lleve ante un juez a los presuntos responsables de abuso de autoridad, corrupción, latrocinio, desaparición forzada, secuestro, asesinato, desvío de recursos y lo que resulte. Respetuoso de la separación de poderes, puedes apostar lector a que no lo verás de vocero de la Fiscalía como Miguel Ángel Yunes y Cuitláhuac García.
Si Rocío Nahle es la gobernadora, será selectiva y se abstendrá de tocar a sus amigos y compinches. Pero no se tentará el corazón para enviar a prisión a sus enemigos, aunque sean de Morena.
Se calcula que conservadoramente, más de la mitad del gabinete de Cuitláhuac García tiene señalamientos ciudadanos o penales por diferentes causas. A éstos hay que agregar a los subsecretarios y directores de área; a la cauda de alcaldes y la caterva de legisladores (morenos, naturalmente), que se han despachado con la cuchara grande, es decir, que han robado a lo salvaje, han abusado de su autoridad y han sido acusados hasta de golpeadores o de hostigadores sexuales.
¿Cuántos serán presentados ante un juez para aclarar los señalamientos que pesan en su contra? ¿Cuántos pisarán la cárcel? ¿Cuántos negociarán o devolverán parte de lo robado para evitar la prisión? ¿Cuántos seguirán impunes? Todo esto se sabrá hasta que se sepa.
Mientras eso sucede alistan maletas para irse de vacaciones porque la vida debe seguir. El 2025 aún está lejos y si les cae la de malas, tiempo de sobra tendrán para emprender la huida.
Así que… ¡a disfrutar de estas fiestas!