Resulta inverosímil creer, que en el último año de gobierno del presidente López Obrador, muchos de sus seguidores siguen creyendo que la política de seguridad de dar abrazos y no balazos fue la mejor. Los mexicanos no salen de su asombro de una masacre, cuando ya está sucediendo otra. Aún están frescas las imágenes de como unos campesinos de una comunidad del Estado de México (Texcaltitlán) se tuvieron que valer de sus propios recursos para quitarse de encima a los malandros. Ahora los mexicanos se enterarán de que, en Salvatierra, Guanajuato, un comando armado entró a una fiesta de jóvenes y mató a 12, hirió a 11 e incendió 4 vehículos.
La masacre ocurrió durante la madrugada de este domingo, mientras los jóvenes convivían en una posada en la exhacienda San José Del Carmen. Según las primeras versiones, la posada comenzó la noche del sábado, pero la fiesta se prolongó hasta la madrugada de este domingo. Pasadas las 03:00 horas, un grupo de hombres armados ingresó al lugar y disparó contra todos los presentes.
Este tipo de casos se da, cuando el gobierno federal dice que el índice de violencia y extorsiones ha descendido. Lo cierto es que, tanto en Zacatecas, Michoacán, Guerrero y en Veracruz, por nombrar unos cuantos, la violencia se ha disparado, y nadie del gobierno puede garantizar la seguridad de las familias mexicanas.
Comentarios