Ya lo hemos dicho, pero con gusto lo repetimos: En México una chaqueta mental es una idea o afirmación de carácter especulativo o teórico sin otro fin práctico más que el de ofrecer placer a la persona a la que se le ha ocurrido. Los políticos son unos onanistas mentales, les encanta masturbarse con sus ideas falsas, sus ilusiones, su visión muy particular de la realidad; con esas ideas obtienen orgasmos olímpicos que los hacen sentir realizados. Uno de esos onanistas es el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. El día de la inauguración del Tren Maya, el presidente, ignorante de las obras monumentales en Dubái, China o Arabia Saudita, se atrevió a decir “es una obra magna, no exageramos si decimos que no hay una obra así en la actualidad en el mundo y se logró también en tiempo récord”.
Ahora bien, a pesar de que el Tren Maya no está terminado, pues en la reserva de Sian Ka’an, en el tramo de Escárcega a Chetumal, por donde debe transitar el Tren Maya, las obras ni siquiera han comenzado pues los ejidatarios de la zona no han permitido que la obra se lleve a cabo. Vale recordar que lo que se inaugura este 15 de diciembre es sólo un pequeño tramo que irá de Campeche a Cancún.
En sus chaquetas mentales el presidente dice: “Es una obra que en su totalidad comprende mil 554 kilómetros, vamos ahora a inaugurar este tramo a Cancún, luego Cancún–Palenque, y posteriormente desde Cancún a Chetumal por el lado selva -los límites con Guatemala -Calakmul, de nuevo a Campeche, a Escárcega y a Palenque y se cierra todo el circuito de los mil 554 kilómetros del tren”. Pero para terminar la obra falta mucho, mucho, mucho. Pero si el presidente quiere decir que el Tren Maya está concluido en su totalidad y eso le provoca placer, pues dejémoslo ser feliz.
Comentarios