Hoy Movimiento Ciudadano no tiene mucho de donde escoger para suplir al candidato “fosfo”, es más, aunque lo tenga, los electores se han dado cuenta que la franquicia de Dante Delgado solo pretende, hacerle el caldo gordo a la candidata del presidente López Obrador, por lo que será muy difícil, que el partido naranja recupere nuevamente credibilidad y seriedad.
Hoy Dante Delgado, es sinónimo de ridículo y de ambición por el poder. Con el sainete de Nuevo León, al veracruzano se la cae la careta y deja al descubierto a un sujeto que pensó que sería fácil engañar a los mexicanos, hoy el ex presidiario, se muestra como lo que es, un vulgar ambicioso.