Atrás quedaron las penurias de solo contar con un modesto salario de maestro de prepa, las francachelas y viajes psicodélicos con polvitos mágicos, quedaran como mera anécdota. Las desveladas y marchas para protestar por la mal llamada reforma educativa peñista le han dado grandes dividendos, a Víctor Emanuel Vargas Barrientos, pero, sobre todo, valió la pena su abyección a su valedor, Zenyazen Escobar, quien, por cierto, pretende convertirse en la sombra de la de Rio Grande, Zacatecas.
Desde luego que no se necesitan muchos sesos, para comprender que el nuevo secretario de educación, concluirá el último año de gobierno en piloto automático. El mismo ha reconocido la falta de maestros en gran parte del territorio veracruzano, los adeudos de horas, en secundarias es basto y las irregularidades en los tecnológicos no es poca cosa.
De modo que, no se espera mucho del nuevo secretario, sobre todo que ahora en Veracruz vienen elecciones, y eso, es prioridad para el gobierno de Cuitláhuac García, sobre todo, porque le urge conseguir el fuero que lo protegerá del fresco bote.
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