*Debe deshacerse de todo lo que en el pasado fue fracaso
Carlos Jesús Rodríguez Rodríguez / YA ES Pepe. Si. Quienes tuvimos acceso a la información previa lo sabíamos con anticipación, pero eso no es el punto medular. La pregunta sería: ¿podrá realizar una campaña enfocada a la sociedad, sobre todo a los que menos tienen, y convencerlos de ser el mejor abanderado y no a los políticos de siempre, los oportunistas que se le colgarán como racimos de coyol para la foto, para presumir su cercanía por si gana, aunque luego desaparezcan, más aún si les niegan cumplimentar ambiciones personales? ¿Podrá enfrentar el peso de una elección de Estado ante una abanderada que trae dinero por toneladas, la estructura de los programas sociales de la 4T que sigue comprando consciencias y, para variar, forma parte del grupo de las llamadas consentidas del Presidente Andrés Manuel López Obrador? Porque si la campaña que iniciará Yunes Zorrilla en pos del voto popular es parecida a la de 2018, con los mismos personajes caducos que como rémoras buscarán colarse por si gana, y no, precisamente, porque les interese la suerte de los gobernados, el asunto está perdido. Pepe, en principio, debe deshacerse de todo lo que le estorba, y enfocar las baterías no hacia las zonas que representan el voto duro del PRI, ya que los priistas es lógico que lo apoyan, aunque haya dos o tres traidores que navegarán con piel de oveja, no, el proselitismo debe ser en ciudades, rancherías, comunidades y colonias que no son ni priistas, panistas o perredistas, sino entre esa gente que está en espera de un cambio, de los que saben que 3 mil 800 pesos bimestrales y la promesa de 6 mil en el 2024 0 2025 no les resuelve la vida, pues lo que necesitan es un empleo seguro, con prestaciones sociales como acceso a la salud y, por ende a la educación de sus hijos en escuelas de tiempo completo donde puedan consumir sus alimentos y los padres –más aún si son madres solteras- tengan el tiempo suficiente de recogerlos sin necesidad de dejarlos con el vecino o, incluso, familiares que los maltratan.
PEPE DEBE contratar a expertos en mercadotecnia, publirrelacionistas, profesionistas comprometidos con su trabajo que le nutran de ideas y no de ocurrencias; debe impulsar campañas paralelas sin candidato, con avanzadas que interpreten su discurso, y que no prometan lo que no podrá cumplirles el futuro gobernador, solo por quedar bien. Por ello la importancia de que reclute un equipo de políticos frescos y no los que cargan con pesadas losas de corrupción o señalamientos que les achican, pero al mismo tiempo con un ejército de técnicos, de profesionistas, porque lambiscones habrá por costaladas que se ofrecerán para resolverle la elección. No hacerlo será más de lo mismo, una campaña amodorrada y sin esperanzas que ahondará más en divisiones. Debe convocar a un frente auténtico ciudadano donde quepan todos, mujeres, hombres, jóvenes, adultos y adultos mayores de todos los extractos sociales. Enlodarse los zapatos, hacer sentir a su paladar lo que consumen los pobres, abrazar sin cortapisas a quienes solo demandan eso, un abrazo y la atención de ser escuchados. Tener paciencia para absorber reclamos y hasta injurias, porque si bien no ha sido coadyuvante en el hundimiento del PRI, PAN y PRD provocado por los malos políticos, debe asumir el precio de ser, ahora, el abanderado de esos partidos, y asumirse representante de una sociedad que sigue demandando justicia, empleos, créditos para hacer parir el campo; madres –sobre todo solteras o trabajadoras- que reclaman el regreso de las guarderías donde solían dejar a sus pequeños con la confianza de que serían bien cuidados, alimentados y educados, y que la Cuarta Transformación decidió desaparecer por esa fijación que tienen de combatir una corrupción que, esta visto, muchos de ellos cometen peor que antes.
JULIUS HENRY Marx, mejor conocido como Groucho Marx, actor, humorista y escritor estadounidense, dejó para la posteridad aquella frase memorable que sentencia: “detrás de un gran hombre hay siempre una gran mujer”, que surgió, según relató alguna vez, a manera de halago para el género femenino. Quería darle cierto crédito al apoyo que las mujeres brindaban a los hombres exitosos, y en estos momentos, que son tiempos de las mujeres, el que Pepe salga a la palestra acompañado de su esposa –como lo hace el Gobernador con licencia de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda es bien visto por la sociedad, porque la solidez de un matrimonio refleja acciones certeras, congruencia y fortaleza, más aún cuando los hijos participan en apoyo de sus padres. Pepe ya es reconocido como un gran político, me comentaba un sacerdote cercano a la familia, pero ahora debe transmitir el mensaje que desea escuchar y ver una sociedad como la nuestra, conservadora y tradicionalista. Son detalles si se quieren ver de esa manera, pero cuentan, y hasta Claudia Sheinbaum lo entendió al contraer matrimonio antes de iniciar campaña, o en el PRI, Enrique Peña Nieto en su momento, aunque su enlace haya sido una farsa.
VIENEN TIEMPOS complicados, pero no infranqueables para José Francisco Yunes Zorrilla, pero debe aprender del pasado, de todo aquello que no le dio resultado en su más reciente elección en busca de ganar la gubernatura, y abrazar a la sociedad más que a los partidos que lo postulan, porque estos últimos le causan más problemas que beneficios. Su carácter, dicen muchos, debe cambiarlo y verse como un hombre entrón, aunque lo sea, pero ciertamente de bravuconadas la sociedad está hastiada. Pepe es un hombre caballeroso, aunque a veces por las prisas se le pase atender el saludo de algunos seguidores o atender todos los reclamos. Por ello la importancia de un publirrelacionista que previo trabajo en campo le vaya acercando a los líderes locales, desde agentes municipales, comisariados ejidales, profesores ante grupo, sacerdotes, representes de comunidades LGBT. Todas cuentas y todos tienen una tragedia que desean resolver, y la mayoría ansía ser escuchados no desde la camioneta en movimiento sino frente a frente.
LO QUE queda claro es que Yunes Zorrilla no necesita de un jefe de prensa, y si acaso de un equipo de redacción y difusión de sus actividades que sepa darles sentido a sus mensajes, porque tiene la fortuna de ser bien aceptado por todos los medios, y el peor error sería imponer a alguien que no tenga el consenso de la prensa, o que solo llegue a aprovecharse de la buena fe de los comunicadores. En fin, son muchas cosas las que hay que resolver, no en el camino, sino previamente, y el ahora candidato a la Gubernatura por el frente amplio por Veracruz debe darse el tiempo suficiente para escuchar, arrastrar el lápiz y decidir qué es lo más prudente para ganar, siempre guiado por expertos y no por arribistas que solo buscan sacar ventaja de su cercanía, y que presumen las fotos como si con ello le dieran el triunfo. No hacerlo, podría llevarlo a los escenarios de 2018 y a un camino sin retorno. Ojalá haya aprendido de aquello. OPINA [email protected]
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