Edgar Hernández* / No es elección de Estado que un gobernador lleve las riendas de la campaña de Rocío Nahle, que no tenga tiempo para atender a las madres de desaparecidos y que Veracruz esté desbordado por la violencia criminal?
Elección de Estado no es acaso comportarse como gobernador faccioso que ocupa la tribuna de Palacio de Gobierno para trabajar en favor de Rocío Nahle inventando libelos, audios hechos a la medida para acusar de manera equivocada desvíos multimillonarios y mofarse de la oposición.
¿Eso no es violar la ley electoral?
Elección de Estado -te lo explico Cuitláhuac con peras y manzanas- es organizar desde la Secretaría del Trabajo que hasta hace unos días ocupó Dorheny García -prima, hermana o media hermana, ya no se sabe- brigadas morenas manipulando, ordenando y obligando a la burocracia estatal se incorpore al ejército de promotores “Servidores de la Nación del Bienestar” en favor de Nahle so riesgo de que si no acatan perderán el empleo.
Elección de Estado no acaso justificarse que en el pasado fueron muy rateros cuando hay denuncias públicas de que la elección (de Estado) en favor de la zacatecana cuesta al erario 3 mil 500 millones de pesos.
¿Es o no elección de Estado el manipuleo, violencia y advertencias de cárcel de su gobierno en contra de los 212 alcaldes para que apoyen, inviertan y garanticen el triunfo de Morena vía “voto seguro”?
Amenazas de auditorías y cárcel pesan sobre los ediles que perdieron la autonomía y dejaron de garantizar el municipio libre.
Elección de estado es que desde hace meses 10 mil “Comités de Defensa para la Transformación” estén operando en todo Veracruz y 2 mil 500 más están listos para entrar en acción, según adelantó la propia Rocío Nahle.
¿Con que dinero se está pagando toda esta cruzada electoral si aun OPLE no ha entregado recurso financiero alguno?
Esa “Defensa de la Transformación” tiene un costo al igual que los cientos de acarreados a mítines, así como encuentros públicos en donde presumen la presencia de 30 a 40 mil simpatizantes que llegan en 600 autobuses con su “lonche”.
Una elección de Estado es la manipulación de un proceso electoral de parte del gobierno para favorecer a un candidato o partido y eso es lo que ha estado haciendo Cuitláhuac García desde hace cinco años por instrucciones de López Obrador.
Por eso tanto desvío de recursos a través del rapaz Eleazar Guerreo, primo del Cui.
Por ello los subejercicios que tienen paralizada la obra pública.
Por eso no hay medicinas y desde hace cinco años Veracruz ha visto crecer su deuda pública en diez mil millones de pesos y no en 5 mil millones.
Cada año crece la deuda pública ante la banca privada que cobra onerosos intereses.
Vaya su malhadado gobierno desde el inicio del sexenio no ha tenido ni para pagar los aguinaldos.
La pregunta obligada por tanto es:
¿Dónde están los 130 mil millones de pesos de presupuesto anual que entrega Hacienda a su gobierno?
¿Qué tal si ponemos al gobernador a hacer cuentas con Sergio Gil Rullán, dirigente de MC quien reclama explicación sobre tan millonario adeudo público o con el PRI estatal que destapó lo de las “Empresas Fantasma”?
Conclusión:
Habrá elección de Estado ante el temor moreno de no ganar u que eventualmente el gobernador vaya a Pacho.
Por ello buscará arrebatar la elección debido a que los veracruzanos no tragan a Rocío Nahle y no por su calidad de mujer, sino por su pasado corrupto y porque todo un pueblo está en contra de que una zacatecana nos gobierne.
Así pues, el dilema no es si habrá elección de Estado, simplemente habrá elección de Estado por más que el gobernante haga pataletas o de arañazos a lo “pendejo”, como dirían los clásicos.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo
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