Guerra de percepciones

Xóchitl Gálvez Ruiz; Claudia Sheinbaum Pardo FOTO: WEB
- en Opinión

Jorge Flores Martínez / Las campañas electorales no se tratan de una batalla de candidatos, es solo una batalla de percepciones. No hay ni existen los candidatos perfectos, solo existe la apreciación que se tiene de ellos y esta depende de la percepción del votante.

En este momento dan inicio lo que legalmente serían las precampañas, pero que para fines prácticos ya son plenas campañas electorales. Las dos candidatas se colocan en su casilla de salida y saben que solo son unas pocas semanas para consolidar la percepción de ventaja en tantos porcientos de las encuestas.

Entiendo que la candidata del oficialismo, Claudia Sheinbaum, tiene como estrategia de campaña generar la percepción de que ya ganó, la ventaja es tan amplia que no hay nada que hacer. Después de todo, esta campaña será solo una guerra de percepción entre los votantes, llevarlos a creer que ya ganaron debilita a la oposición y la desalienta a seguir. Se concentrará en ganar las gubernaturas y sobre todo, las cámaras legislativas.

Son pocas semanas para generar esa percepción, a mediados de diciembre el país todo entra en receso decembrino y Sheinbaum tiene que regresar en enero con la percepción de que ya ganó y nada puede cambiar el resultado. Todo indica que esa es la estrategia electoral y parece ser que les está resultando.

Por otro lado, lo que puede parecer una testarudez de Dante Delgado no es otra cosa que hacer de esta elección una de tercios con Samuel García como candidato. No importa que Movimiento Ciudadano les robe votos a las dos candidatas, la utilidad de Samuel García es de quitar marcaje a Sheinbaum y que este proceso no se convierta en un referéndum. Realmente Dante es un mercenario de la política. Siempre lo ha sido y siempre lo será.

En cuanto al Frente Opositor, es poco lo que puedo decir, noto mucho desorden, que es de esperarse ya que se están negociando miles de posiciones políticas y todos juegan fuerte y duro. Por momentos se observa muy frágil y parece que todo se derrumba, pero creo que solo es la lucha de mezquindades y ambiciones que en estas temporadas electorales suelen verse más fácilmente. Es como ver Animal Planet, pero en lugar de animales lo que vemos son bestias salvajes luchando por un hueso.

Ya es muy tarde para que Xóchitl Gálvez juegue a la percepción que va ganando, sus partidos no le ayudaron y ella misma tampoco se ayudó mucho. La estrategia de la niña indígena que vendía gelatinas y su lucha por salir adelante no le alcanza para ganar, tiene que encontrar otras cosas que ofrecer al elector. Posiblemente pueda ser la de crear la percepción de la mujer que no pierde a pesar de estar en las condiciones y adversidades más difíciles. Va a ganar a pesar de los partidos que la acompañan. Crear la idea en el votante que ella no puede perder.

No puede ni debe distraerse ni un momento con Samuel García, este la provocará a enfrentarse, Xóchitl no le debe dedicar ni un miserable tuit. En cuanto a temas complicados como su postura política entre la izquierda o derecha, decirse que no le interesa, son posiciones irrelevantes en un frente tan amplio política e ideológicamente donde caben todos y todos son incluidos.

Además, las dos candidatas tienen que apoyarse en los otros candidatos, los que van para gobernadores, senadores y diputados, tanto locales como federales. Está elección se jugara en varias canchas y todas tendrán su grado de complejidad. Si un candidato a una gubernatura falla, ese estado será un foco rojo que se deba atender rápidamente.

Esta campaña no será de propuestas, no hay nada que ofrecer ni propuesta que se quiera escuchar. El votante está muy ofendido, tanto de un lado como del otro. El país está profundamente dividido que cualquier propuesta es irrelevante. Es la continuación de la transformación o el regreso a la normalidad democrática.

Por un lado Sheinbaum llevará más lejos todos los apoyos sociales, prometerá dar más dinero a todos. Por el otro lado, Xóchitl expondrá los riesgos de un Estado tan poderoso en el que perdemos libertades todos los días y el riesgo de convertirnos en Venezuela o Nicaragua.

Una candidata se esfuerza en crear la percepción de que ya ganó y la otra la percepción que en las peores adversidades siempre sale adelante ganadora.

En unos meses veremos quién tiene la mejor estrategia.

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