Bernardo Gutiérrez Parra / Uno de los funcionarios que se alborotó con la idea de suceder a Miguel Alemán en la gubernatura, fue su secretario de Seguridad Pública Alejandro Montano, que con tal de ganarse la gracia de su patrón sacó de la chistera una falacia que replicaron casi todos los medios de la entidad: “Veracruz es el tercer estado más seguro del país”. Pero la mentira no cuajó.
Si es cierto que Veracruz no estaba ni remotamente tan del asco como ahora, estaba lejos de ocupar el tercer lugar nacional como estado seguro.
Pero si tomamos como base la percepción del señor Montano, de entonces a la fecha la entidad ha ido a la baja. El actual titular de la SSP, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, aseguró emocionado que Veracruz es el séptimo estado más seguro del país. ¡Órale!
¿Quién le dijo semejante barbaridad para que la repitiera frente a los diputados? ¿Mostró alguna encuesta o documento oficial? No, sin más vomitó esas palabras durante su comparecencia en el Congreso local por la glosa del quinto informe de gobierno.
Y luego le dio por presumir. Los secuestros han disminuido un 88.26 por ciento; los homicidios dolosos un 40.25 por ciento; los feminicidios un 31.63 por ciento y el robo de vehículos tuvo un decremento del 36.16 por ciento, afirmó.
La cuestión es que soltó las cifras y se quedó tan campante, quizá esperando una atronadora ovación que nunca llegó.
Pero sobre las desapariciones no dijo nada porque hubiera sido como darse un balazo en un pie. Y es que en lo que va de esta administración han desaparecido 7 mil 500 personas, cifra muy superior a las 2 mil 311 desapariciones en el sexenio de Javier Duarte.
También se le olvidó decir que de acuerdo a cifras oficiales, de enero a agosto de este año se cometieron en Veracruz 59 mil delitos. Y tampoco comentó de las fosas clandestinas que han convertido a la entidad en uno de los mayores cementerios del país.
No señor, había que echar por delante el optimismo y darle a la raza jarocha la certeza de que su policía es una de las más capacitadas, profesionales y confiables, aunque tiro por viaje sus elementos (no todos, pero si una preocupante mayoría) sean acusados de ladrones, abusivos y extorsionadores.
Todo eso lo pasó por alto el funcionario; la cosa era cumplir con la caraja comparecencia y presumir números que nadie va a comprobar como la detención en este 2023 de 46 mil presuntos delincuentes y 22 líderes de plaza.
Y eso hizo Cuauhtémoc Zúñiga, que de seguro pensó que tenía frente a él a un grupo de atarantados porque remató: “Todo este trabajo en favor de los veracruzanos nos permite
decir con orgullo que la cuarta transformación le está cumpliendo a Veracruz en materia de seguridad”.
Y luego se fue.
Sentado en una butaca del Congreso me puse a reflexionar: si Alejandro Montano dijo una mentira porque quería ser gobernador, ¿a qué le estará tirando Zúñiga Bonilla cuando afirma que Veracruz es el séptimo estado más seguro del país?
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