Cuando se dio cuenta de que muchos gobernadores estaban apoyando descaradamente a Claudia Sheinbaum, ese era un buen momento para que regresara a Relaciones Exteriores. Luego su campaña, tan desangelada, boicoteada por la misma gente de López Obrador. Cuando dieron los resultados era de esperarse que perdiera, pero él quiso hacer su berrinche. Luego vino la estridencia, el amago, la posibilidad de ser candidato de Movimiento Ciudadano.
Ahora sale con que no será candidato de Movimiento Ciudadano, como Monreal, prefiere ser nada a traicionar a su presidente. En unas horas dará un comunicado para decir cómo va a proceder, para decir si se va con melón o con sandía. Pero para la mayoría está claro, Marcelo Ebrard, con la cola entre las patas, volverá al redil de López Obrador.