Asimismo, la fiscal espuria, instrumento de todas sus venganzas y atropellos, responsable de las centenas de injusticias que se han cometido en Veracruz, de decenas de adversarios políticos que han sido llevados a la cárcel de manera injusta, de empresarios que han sido encarcelados o extorsionados por la autoridad, tendrá que rendir cuentas; al final, como al perro más flaco, le van a echar todas las pulgas a ella.
Por cierto, hasta hace unas semanas la fiscal espuria ya se sentía la futura primera dama de Veracruz, ya sentía que su carrera bandolera iba a ser coronada a la diestra de su mecenas y protector. Pero, por más dinero que tiraron a la basura con la promoción del afrodescendiente, el señor no irá a la gubernatura ni al Senado. Lo que debería hacer la señora Giadáns es, como dice el dicho, poner sus barbas a remojar, pues a su vecino de la Segob ya lo dejaron lampiño.