Pues resulta que a sonorense ya olvidó que fue precisamente ella, quien les quitó sus becas y cualquier otra forma de apoyo económico y en especie para obligar a los atletas a que defendieran al defenestrado expresidente de la Federación Mexicana de Natación (FMN), Kiril Todorov.
Lo peor de todo es que el ejecutivo federal le da cuerda y le hace creer que esa proeza se debe a la buena dirigencia de a sonorense, cuando en los hechos, todo mundo sabe, que fue un lastre contra las clavadistas y nadadoras artísticas. Ni hablar, que bonito es soplarse con abanico ajeno.