Si no conociéramos al “manos traviesas” Huerta hasta darían ganas de votar por él. El discurso incendiario de Manuel Huerta se parece a la actitud de Don Quijote, quien en un espectáculo de guiñol no dejó títere con cabeza. Se fue en contra de todos, en contra de Cuitláhuac García, en contra de la Nahle, en contra del Bola 8, en contra de Pepe Yunes, de los Yunes del estero; se fue contra todos el “manos traviesas”. Del gobierno actual dijo que decepcionó a los veracruzanos, dijo que hicieron las cosas mal, que llevaron a cabo un mal gobierno.
Eso dijo el encargado de los programas de Bienestar de la Cuarta Transformación, quien dice ser aliado del presidente López Obrador. Un López Obrador que en los primeros años acudía cada 2 o 3 meses a darle una sobada de lomo a su hijo, el discapacitado político de Cuitláhuac García. Pero muchos saben que Manuel Huerta, alias el “manos traviesas”, es un depredador, con denuncias de acoso y violación en la Fiscalía estatal que nunca prosperarán.
Sin embargo, desde Libertad bajo Palabra evidenciamos su método para conquistar becarias: La promesa de empleo sobre la mesa y sus regordetas manos traviesas debajo de la mesa. Pues con todo y eso aspira a ser gobernador, aspira y dice que él ganará la encuesta de Morena, pero al mismo tiempo dice que la perderá, porque al final tendrá que reconocer su derrota. ¿Quién lo entiende?
Comentarios