Mientras Ricardo Salinas Pliego, dueño de Elektra y de TV Azteca, estaba bien con el presidente López Obrador, mientras el empresario sonreía ante las torpezas del gobierno de la 4T, el presidente López Obrador no se refería a la deuda que tiene el empresario con el Sistema de Administración Tributaria, SAT. De hecho, muchos se lo reprochaban al presidente, pues Salinas Pliego se había convertido en uno de los empresarios favoritos de López Obrador.
Sin embargo, alguien como Salinas Pliego no podía quedarse callado ante las muchas torpezas, ante la ineficacia y corrupción de un gobierno que prometió hacer las cosas de manera diferente. Todo le podía perdonar AMLO a Salinas Pliego, hasta impuestos, pero no que tuviera una visión crítica, independiente.
Ahora que Salinas Pliego se ha convertido en uno de los más acérrimos críticos del sistema, López Obrador reacciona: “Mucha gente lo sabe, he hablado con él y lo seguiré haciendo; él tiene una querella, un proceso legal porque desde los tiempos de Vicente Fox cuando ere secretario de Hacienda Francisco Gil, le presentaron una denuncia por no pagar impuestos, y le exigen un pago de impuestos que se ha litigado sexenio, tras sexenio. Lo entiendo, no voy a pelear con él, pero no me puedo quedar callado, ser omiso o cómplice, porque otros me podrían decir porque me cobras y a otros no, el señor Fernández de Oxxo, Walmart, o Televisa o cualquier contribuyente”.
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