Samuel García, gobernador de Nuevo León, quería que le concedieran todo. Quería una licencia de 6 meses fuera del cargo de gobernador, pero quería que, si a los 30 días no lo hacían candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, lo dejaran regresar. Para ello quería también poner a su secretario de Gobierno como encargado de despacho. Ante semejante incongruencia, el Congreso de Nuevo León, controlado por panistas y priistas, le concedió el primer deseo a Samuel García, licencia de 6 meses, pero no dejaron que su secretario de Gobierno, Javier Navarro, fuera el interino.
La propuesta de poner al presidente del Tribunal Superior de Justicia, el panista José Arturo Salinas, salió de los diputados priistas. De esa manera, 27 votos del PAN y del PRI contra 11 de Movimiento Ciudadano consiguieron que José Arturo Salinas fuera el gobernador.
Hasta el momento el gobernador con licencia, Samuel García, sólo alcanzó a balbucear: «Pero lo que quiero dejar muy claro es que la designación de gobernador interino que hizo el Congreso es completamente ilegal. Tengo claro que no vamos a poner en riesgo la construcción del nuevo Nuevo León dejándolo en manos de la vieja política, que mucho daño ha hecho ya». Tarde, pero ya se está dando cuenta, que le vieron la cara de pendejo.
Comentarios