El Fondo de Desastres Naturales, Fonden, era un fideicomiso del gobierno federal, se utilizaba como «un instrumento financiero, dentro del Sistema Nacional de Protección Civil, del que salían los recursos para enfrentar emergencias que no se podían presupuestar porque eran consecuencia de los efectos de la naturaleza». Sin embargo, el gobierno del presidente López Obrador, ávido de agenciarse dinero de todas partes para sus programas sociales, canceló en 2020 ese fideicomiso. Una vez que nos enteramos de la tragedia ocurrida en Acapulco por causa del huracán Otis, todos volteamos a ver al presidente para preguntarle por el Fonden.
Los legisladores de Morena ya salieron a defender a su presidente, quien tiene una vocación de desaparecer fideicomisos. Ahora son ellos los que dicen que no se debe lucrar políticamente con la tragedia humana. Lo dicen cuando los legisladores de Morena, siguiendo órdenes de su presidente desaparecieron en 2020 el fideicomiso del Fonden.
Lo desaparecieron como ahora están desapareciendo 13 fideicomisos del Poder Judicial. Cierto, en el presupuesto ha una partida para seguros catastróficos. Sólo que habría que preguntar si alguien contrató un seguro para el desastre ocurrido en Acapulco.
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