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Olga Sánchez Cordero, un grito en la oscuridad. Darse cuenta de tanta corrupción, tanta deshonestidad, tan mal gobierno y quedarse callada

Olga Sánchez Cordero FOTO: WEB

Olga Sánchez Cordero es una mujer inteligente. Fue ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por sus propios méritos. Es obvio que la señora se ha dado cuenta del mal gobierno de López Obrador, se ha dado cuenta de los abusos y de las acciones alevosas en contra de sus adversarios, de un presidente que se dijo el más perseguido de la historia. Olga Sánchez Cordero en su inteligencia se da cuenta de la deshonestidad del presidente, del influyentismo de sus hijos y hermanos, de la corrupción de sus funcionarios, del encubrimiento de él hacia esos funcionarios. Darse cuenta de todo eso y tener que quedarse callada. Ese silencio no es digno de doña Olga, no es digno de su inteligencia, no es digno de una mujer de su edad. Ella, en el último momento, ha levantado la voz a favor de los trabajadores del Poder Judicial.

En su discurso en el Senado, en plena discusión sobre la eliminación de 13 fideicomisos en el Poder Judicial, la senadora de Morena fue crítica del régimen de la Cuarta Transformación: «Vengo a defender un principio de republicanismo, el de la autonomía de los poderes de la Unión para definir sus propias formas, tiempos y modos de administración». Es consciente de los abusos del Ejecutivo y el Legislativo en contra de uno de los Poderes del estado.

«Al extinguirlos estaríamos validando la disposición de un dinero que no fue brindado únicamente por el presupuesto federal, sino que contiene recursos aportados por las propias servidoras y servidores públicos, y que además de servir para el tema de salud forma parte de las Condiciones Generales de Trabajo de las y los trabajadores del Poder Judicial de la Federación», señaló la senadora de Morena. En el Senado, se escuchó su voz como un grito en la oscuridad.