Como diputada de Morena, Adela Ramos, se convirtió en una piedra en el zapato para los coordinadores legislativos de ese partido. La diputada, desde que llegó a su escaño se desilusionó, pues muchos de los que antes los atacaban como oposición, estaban ahí, como diputados de Morena. Otros de los temas que le preocupó fue que los coordinadores de Morena les entregaban las iniciativas planchadas. Llegaban con el documento y les decían: «Aquí está la iniciativa y tienen que votar en favor. De hecho, el coordinador dice lo que tiene que leer. Por eso los diputados de Morena sólo suben a tribuna a insultar, no cabildean, no debaten».
Y es cierto, en los debates los diputados de Morena, sin saber siquiera qué es lo que defienden, se ponen a insultar, a armar escándalos como la diputada trans, que pedía a los del PAN que amarraran a su perra, en alusión a una diputada panista. Adela Ramos, como miembro de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados pidió que se devolvieran los libros de texto, que se revisara y se hiciera una auditoría. «Se tienen que regresar, se tienen que corregir los errores porque hubo un gasto de tres mil 400 millones de pesos», argumentó la diputada.
Entrevistada por Proceso, la diputada fue contundente sobre la influencia del presidente entre los diputados de Morena: «Tú puedes matar, puedes robar, pero si eres amiga del presidente y él dice que eres buena, pues eres buena. Pero tú puedes ser una persona muy honesta, trabajadora y todo, pero si él dice que tú estás mal, eres malo sólo porque no le aplaudes. Por eso lo malo es el servilismo. Morena es 200% servilismo».
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